Rodríguez Navarro, HenarEstudios recientes ponen de manifiesto que la comunicación y la colaboración del centro de enseñanza con el medio circundante y la participación de todos los actores de la educación en la vida de colegios e institutos son factores que determinan el éxito o fracaso escolar de los estudiantes de educación primaria y secundaria. Entre otras cosas, han demostrado que la participación activa y sistemática de las familias en las escuelas conlleva un significativo incremento de los niveles de éxito académico y una perceptible mejoría en la salud del clima escolar.

En EEUU, desde hace varias décadas, se llevan ensayando, con notable éxito, modelos de enseñanza tendentes a esto, a reducir la distancia que habitualmente media entre la escuela y el entorno. Entre estas experiencias se cuentan «escuelas aceleradas», el programa «éxito para todos», el llamado «desarrollo escolar», «escuelas ciudadanas» y «coalición de escuelas esenciales». Aspectos comunes de estas propuestas de educación escolar son: la reducción de la ratio profesor/alumno, la presencia de la comunidad en los agrupamientos escolares, la participación de las familias en la vida del centro de enseñanza, la ampliación del tiempo escolar y la planificación curricular personalizada y buscando el máximo desarrollo de las potencialidades de cada alumno.

Las citadas tendencias de la educación cristalizaron en España en el proyecto denominado Comunidades de Aprendizaje (www.comunidadesdeaprendizaje.net), puesto en marcha por el CREA (Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades) en 1978 en el centro de educación de personas adultas de La Verneda de Sant Martí (Barcelona). A día de hoy, son 121 las Comunidades de Aprendizaje que funcionan en España, instaladas principalmente, pero no sólo, en la red de centros públicos.

Recientemente, durante el curso escolar 2010-2011, el Grupo Acoge (http://grupoacoge.wordpress.com) ha puesto en macha una Comunidad de Aprendizaje en el C.E.I.P. Miguel Iscar de Valladolid. Los logros acumulados en este corto espacio de tiempo son muchos y notables. Entre otras cosas, ha logrado reducir considerablemente la tasa de absentismo escolar, incrementar significativamente la de éxito académico en las «pruebas diagnóstico» estandarizadas, generar en la población gitana cierto gusto, apetito o consideración por la formación, despertar sueños e ilusiones de un mundo más humano, poner un futuro prometedor, con sus riesgos e incertidumbres, al alcance de la mano de amplios sectores de la población a los que, hasta hace poco, se les había dificultado, limitado o coartado tal posibilidad, al menos con igualdad de oportunidades.

Tales son las principales cuestiones tratadas en la conferencia «Un modelo de educación para la transformación social: las Comunidades de Aprendizaje», impartida el 28 de noviembre de 2012 por las profesoras Henar Rodríguez Navarro y Elena Rueda Antolinez, ambas profesoras de la Universidad de Valladolid (España) en el Salón de Actos de la EUE de Palencia (Universidad de Valladolid), enmarcada en el II Seminario de Especialización Docente y Académica (octubre de 2012-mayo de 2013), titulado La educación ante la historia, ante sí misma y ante el futuro.