El mundo en libertad es algo que los seres humanos aprecian y disfrutan con verdadero entusiasmo. Pero ¿qué ocurre cuando uno vive privado de libertad, sin contacto con el exterior? La cárcel es el sistema establecido por el Estado para asegurar que las personas que han cometido algún delito cumplan su condena. El fin último que persigue es la reeducación y reinserción social de las personas privadas de libertad. ¿Pero hasta qué punto se consigue esto? ¿Funciona la educación rehabilitadora en las cárceles españolas?
Hemos tenido la experiencia de visitar el Centro Penitenciario La Moraleja de Palencia, entrevistar a profesionales y compartir alguna experiencia con los internos. al realizar el reportaje pedagógico hemos podido ver in-situ cómo se trabaja con los internos en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) un módulo que asegura “un espacio libre de drogas” donde los internos tratan su adicción. En él mediante apoyo psicológico y educativo, a través de terapias personales y asambleas grupales se invita a reflexionar a los propios internos para que sean conscientes de sus actitudes y limitaciones, y de los beneficios que tiene compartir su situación apoyándose en el grupo.En esta unidad, realizan multitud de actividades terapéuticas y educativas, tuvimos la suerte de asistir al taller “Escuela de Pensar” impartido por la Universidad Popular de Palencia donde, en un espacio de diálogo, se trabajaba el pensamiento crítico y se desenmascaraban mitos y realidades de nuestra sociedad.
El ambiente carcelario es un entorno que dificulta y enrarece la tarea de la educación. Hay un largo recorrido por hacer, en este espacio vemos a la educación social con personas recluidas como un reto, donde se debe apostar por una educación integral para la libertad, que busque la resocialización de las personas teniendo en cuenta que cualquier persona privada de libertad continua formando parte de la comunidad. No hay que olvidar que si estas personas han quedado excluidas por su comportamiento, es más que posible que haya sido por falta de medidas sociales que se hayan anticipado al problema, es por tanto que la sociedad tiene una deuda con ellos.
Natali Camolez Fantazia y Marcos Liria Fernández