El tema de acoso es un tema muy importante en la sociedad hoy en día. Se dan muchos casos de acoso pero muy pocas de las víctimas llegan a denunciarlo. Actualmente, con la era tecnológica nos encontramos con el ciber-acoso, el acoso que se realiza por medio de Internet. Este tipo de acoso aumenta el porcentaje ya que se da de una manera anónima, nadie sabe quien es debido a que no es un acoso físico, tienen una ausencia de vigilancia, lo que acarrea una responsabilidad.
Por tales motivos asociaciones como FEAFES organizan jornadas para concienciar a la sociedad. En la charla del día 12 de Noviembre en el centro UNED de Palencia, a la que asistimos principalmente nos describieron los factores, las causas, los apoyos y las consecuencias a las que llegan estas personas a sentirse de este modo, acosadas. Posteriormente tras la introducción a este tema tan importante actualmente, dos jóvenes nos contaron su testimonio puesto que sufrieron acoso escolar.
Ambos coincidieron en que las personas que les acosaban se sentían más fuertes física y psicológicamente. Por esta razón veían a estos dos jóvenes inferiores a ellos puesto que ambos protagonistas tenían cualidades “diferentes” al resto de compañeros.
A continuación vamos a exponer los dos testimonios:
Testimonio 1:
Yo empecé a sufrir acoso escolar en primaria y ha continuado así hasta mi edad adulta.
He tenido compañeros que se reían de mí, y han llegado a hacerme fotos que subían a las redes sociales y en las que no perdían ocasión de comentar con burlas hacia mi persona.
Yo llegué a dejar los estudios como consecuencia de este acoso. Pero tomé la decisión de retomarlos en otro centro, al principio todo iba bien y tenía muchos amigos. Un día mis compañeros de clase empezaron a meterse conmigo y a dejarme solo, en esos momentos llegué a pensar que todo era culpa mía, y decidí, otra vez, abandonar los estudios y encerrarme en casa.
El acoso no solo es físico, también es psíquico, aunque no deja marcas físicas te deja otras que no se ven, te provoca ansiedad, miedo e incluso llegar a estar largas temporadas sin salir de casa. Este daño no sólo me lo han hecho a mí, indirectamente han hecho daño a mi familia que no sabían que me pasaba, estaba irritante, ya que a ellos no les contaba nada y tardaron en enterarse de esta situación.
En estos momentos he decidido, gracias al apoyo de mi familia, de mi pareja y de la asociación de FEAFES, volver a retomar mis estudios, enfrentarme a mis miedos y conseguir mis objetivos. En esta etapa he coincidido con antiguos compañeros que han seguido con el mismo rol, pero he tomado una decisión, alcanzar mis metas, cumplir mis sueños y superarme.
Para acabar me gustaría decir que:
No debemos permitir estas situaciones que, aunque no lo hagamos nosotros, pero si lo vemos y no ayudamos a la persona que lo está sufriendo somos igual de culpables y nos convertimos en cómplices.
Así que pido aquí a todos los presentes que sean testigos de cualquier tipo de acoso que lo hagan visible y no lo escondan. Entre todos podemos acabar con esto.
Para finalizar me gustaría leeros una frase de Martin Luther King “no me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena”.
Anónimo.
Testimonio 2:
Hola buenas tardes:
Me llamo Leticia, tengo 24 años y os voy a contar lo que me pasó en la infancia, desde los seis hasta los dieciocho años.
Todo empezó cuando a los seis años, un día, a las tres de la tarde, un niño me cortó con una cuchilla queriendo.
A partir de entonces, otro niño me dijo que estaba enferma, ese fue el detonante del acoso escolar. Se metían conmigo, me llamaban fea, cuatro ojos… cuando mis compañeros me invitaban a los cumpleaños me trataban como un objeto de risa, se reían de mi y me dejaban sola, eso sí, los regalos los aceptaban. Me hacían sentir muy mal, triste… no lloraba pero eso se me quedaba dentro y dolía.
Yo, aún así, intentaba integrarme para tener amigos y lo que recibía eran insultos y más acoso escolar (bullying). En los recreos, al estar sola, me lo montaba como podía, cerraba la puerta del baño y cuando no había nadie me ponía a jugar con el papel higiénico, me lo ponía como una cinta en la cabeza y jugaba a ser karateka.
Unos años más adelante, estando ya en el instituto tuve nuevos compañeros, ¿y cuál fue la conclusión?, más acoso. Nada más empezar, sufrí nuevos insultos, otra vez, me llamaban bicho raro, bicho feo, fea, no me dejaban acercarme a ellos…
Ya en cuarto de la E.S.O engordé un poquito y en la clase de hostelería un compañero me llamó foca, a raíz de eso me tiraban gominas, garbanzos, tizas…, al suelo para que me lo comiera.Por todo esto empecé a adelgazar hasta quedarme en 42 kilos. La gente que me quiere me decía que no estaba gorda, sino normalita pero yo me había creído los insultos de mis compañeros.
Lo peor es que lo pagaba con la gente que quiero, porque con la anorexia tenía mal humor, lloraba, no disfrutaba…
Lo mejor de todo esto que he vivido es que ahora soy una mejor persona y aprendí a no hacer lo que me habían hecho a mí. Así que si alguna vez se meten con vosotros, por mucho miedo que tengáis, por favor, contadlo. Esto no tiene que ocurrir bajo ningún concepto. Ponte en la piel del otro o al menos intenta entenderle. No hay que brillar pisoteando a los demás.
* * *
Para concluir podríamos decir que estas personas sufren un gran malestar tanto físico como psicológico durante la etapa escolar, con mayor importancia, puesto que hay una gran rivalidad y desigualdad entre los compañeros del colegio. Pero las personas acosadas tras salir de esta etapa salen a la vida real en la cual pueden estar más incluidos socialmente sin prejuicios, por lo que se hacen más fuertes y con el paso del tiempo pueden superar estos hechos (aunque nunca se les olvidarán).
Para finalizar, os dejo una reflexión ¨La voz del enemigo te acusa, el silencio del amigo te condena¨.
Muchas gracias.
Cuando se silencia el acoso, el acosador se fortalece. Nuestra responsabilidad es responder ante esto para poder evitarlo.