Nuestro reportaje pedagógico ha sido realizado para la asignatura de Pedagogía social e intenta vincular la teoría abordada en el aula con la práctica real de la Educación Social. El centro al que hemos asistido y del que os vamos a hablar es “Asociación de Autismo en Palencia”. Las personas que van a esta asociación padecen TEA (Trastorno del Espectro Autista) y también algunas otras enfermedades relacionadas.
El TEA se puede definir como la presencia de unos déficits constantes en el ámbito de la comunicación e interacción social. El centro de Autismo en Palencia fue creado en 2008, gracias a varias familias con niños/as que tenían TEA. Esta asociación fue creada con los objetivos de dar servicio tanto a las personas con autismo como a sus familiares. Además, de una mejora de vida, los propósitos que persigue esta asociación son fomentar su autonomía, su calidad de vida y que a su vez hagan una vida lo mayormente normalizada.
Antes de vincular el autismo con la educación social, vamos a explicar qué es. La Educación Social es la ciencia social que ayuda a la incorporación a la sociedad de cualquier persona independientemente del ámbito social o contexto al que pertenezca, de forma que consiga la plena inclusión social. El centro tiene relación con la educación social, ya que ambos buscan la incorporación de cualquier persona (en este caso personas que padecen autismo) y también que exista una plena inclusión de los individuos que forman parte de la asociación con el resto de la sociedad.
Tras la realización de este trabajo hemos aprendido sobre el ámbito del autismo y hemos comprendido cómo son tratados y cómo son sus vidas. Además, también hemos aprendido a cerca de este ámbito de la educación social, pensamos que esto es algo importante a destacar ya que es la carrera que estamos estudiando para en un futuro ser profesionales en entidades como esta o similares y quizás, al haber estado investigando este campo, alguna de nosotras quiera dedicar su tiempo el día de mañana a tratar con personas que padecen TEA.
Ana Isabel Gago Enríquez, Laura Martínez Arribas y Lucía Lodeiro Fernández