Esta imagen es una viñeta de la revista el jueves, para abordar con humor como una persona que es presidenta de Madrid declara que la da pena que un compañero, el cual se ha apropiado 90000€ de las tarjetas Black, pero como lo ha devuelto debería estar absuelto de toda pena.
He decidido hablar sobre este suceso porque personalmente me cuesta creer que estas palabras sean publicadas, se hablen de ellas y no haya movilizaciones por parte de las personas sin hogar que no tienen ningún recurso económico para sobrevivir, de todas aquellas familias que no llegan a fin de mes porque no tienen trabajo, ni subvenciones ni ayuda de ningún tipo porque los dirigentes de este país no hacen política de verdad, únicamente se están lucrando a nuestra costa, en nuestras narices y sin ningún tipo de represalias.
Pero también creo que la culpa de la situación política actual de España es culpa de la sociedad española, de todas esas personas que oyen quejarse en bares, parques y por la calle pero no se deciden a movilizarse, a protestar y a luchar por sus derechos. Dejan su futuro y el de generaciones venideras a un grupo de políticos que no se preocupan por el bienestar de las personas que habitan en España, se recorta en sanidad y en educación, nos venden humo para que nos calmemos, nos ponen mil escusas baratas que calmen los ánimos y cada uno siga con su vida. Todo esto con tal de convencernos de que es lo mejor para nosotros/as y no hay nada más que hacer.
Me encantaría ver cómo, a través de la educación, la visión crítica se extiende en nuestra sociedad y se incrementa el nivel de compromiso con el bienestar social y nuestros derechos, observar como hay más movilizaciones y cada vez más importantes con más influencia en la sociedad y en la forma de hacer política de nuestros dirigentes. Ya no se habla de sentadas en plazas públicas, ni de parar ciudades ni de gritar por la calle que queremos que nuestros derechos sean una realidad y no una comedia.
Únicamente salimos a la calle un grupo de personas, vagamente concienciados con la injusticia del día marcado en el calendario, como por ejemplo el día de la violencia de género o el día contra el cáncer etc…, el resto del año son pocas personas las que luchan de forma activa por sus creencias y por el bienestar de toda la población. El futuro es de todos y todas.