Para algunos, viajar es sinónimo de descanso. Para otros, significa disfrutar de nuevas experiencias, pero, ¿qué es para mí viajar?
No es fácil explicarlo, pero empezaré diciendo que viajar lo relaciono con sentir. Sentir que estás en un lugar diferente, que no te suena ninguna cara, que necesitas un mapa para llegar a los sitios… sentir que te estas tomando una cerveza con amigos, en un lugar que desconoces totalmente, o a lo mejor no, y has estado ahí antes, pero de repente piensas en que estarías haciendo tú en ese mismo instante si estuvieras en tu casa, y de repente todo cambia. Estar en casa está bien, pero cuando estas fuera de casa sientes algo nuevo, y sÍ, lo necesitabas. Porque cuando nos alejamos de nuestra rutina, vemos las cosas desde otra perspectiva y necesitamos otro ángulo de visión para poder entender mejor las cosas y seguir adelante, y es ahí cuando lo sentimos, lo sentí en ese pub tomando esa cerveza con amigos. Sentí que necesitaba irme, escapar de esa rutina, para poder entender que da igual si estoy pasando una mala racha, no soy feliz, no encuentro nada que me guste … porque todo en la vida es temporal, y si te centras en el pasado, jamás disfrutaras del presente. Y esa cerveza, son esas pequeñas cosas que me han hecho sentir bien, sentirme como en casa, querida y protegida estando a miles de kilómetros de mi casa.
Esto es muy sencillo, se trata de compartir y descubrir el mundo, pero sobre todo se trata de descubrirse a sí mismo.
A veces, necesitamos salir de nuestra zona de confort y experimentar cosas nuevas. Retarnos es una de las cosas más importantes para seguir creciendo y mejorando cada día y después de haber viajado tanto, puedo decir que viajar en grupo es genial porque te lo pasas increíble, y compartes cosas maravillosas que en un futuro se convertirán en historias que contar a tus hijos, o nietos, o simplemente historias que dejaras escritas en un cuaderno. Pero desde mi experiencia, viajar sola fue un reto para mí. Tuve que enfrentarme a la realidad de estar en otro país, con una cultura diferente, estaba sola y tenía que salir adelante. Tengo que decir que repetiría esta experiencia una y otra vez porque aprendí muchísimo de mi misma y a valorar lo que dejaba atrás cada vez que me iba de casa.
El viaje no se resume en llegar a tu destino, sino que es todo lo que vives desde que sales de tu casa hasta que vuelves a ella.
Viaja. Viaja todo lo que puedas, no tiene por qué ser a un país súper lejano, ni a una isla paradisíaca, simplemente cógete unos días y sal de la rutina. Tomate un tiempo y dedícatelo expresamente a ti, disfruta del camino, de lo que ves, de lo que oyes, de la gente, de los olores, disfruta de las nuevas y pequeñas cosas que van a cambiarte, inconscientemente van a cambiarte. Y no sufras por cambiar, los cambios siempre son buenos.
Viajar es descubrir el mundo, como cuando eres niño y te sorprenden las cosas que no sabías que existían. Viajar es descubrir quiénes somos y qué queremos ser. Viajar es sentir nuevas emociones y emocionarte con cosas que jamás pensaste que te emocionarían. Viajar es aprender a perderte, pero conseguir encontrar la salida. Viajar es aprender que por mucho que las cosas vayan mal, siempre podemos sacar algo bueno de ello. Viajar es darte una oportunidad para mejorar, para pensar, para olvidar. Viajar es aprender a vivir.